viernes, 6 de junio de 2008

Las visiones de Augusto Higa



Las visiones de Augusto Higa Oshiro

Por Pedro Escribano.
_____El escritor Augusto Higa Oshiro (Lima, 1946) acaba de publicar la breve pero intensa novela La iluminación de Katzuo Nakamatsu (Editorial San marcos, Colección Summun).
_____Higa Oshiro es autor de las novelas Que te coma el tigre (1977), La casa de Alba Celeste (1987) y Final del Porvenir (1992). Asimismo, publicó un libro testimonial Japón nos da dos oportunidades (1994). Formó parte del Grupo Narración junto con Miguel Gutiérrez, Oswaldo Reynoso, Gregorio Martínez, entre otros.

TEMPESTAD INTERIOR

_____La novela –que es un informe de Benito Gutti– cuenta la historia de Katzuo Nakamatsu, un descendiente de un migrante japonés en el Perú. Nakamatsu trabaja como profesor de literatura en una universidad, pero de pronto, sin mayores explicaciones, es jubilado, es decir, despedido. Para entonces, en las noches ya escuchaba voces, rumores que torturaban su conciencia, pero aún así, como guía de lucidez estaba la figura del poeta Martín Adán, y de heroicidad Etsuko Untén, amigo y compañero de su padre.
_____Desempleado, con síntomas de males psiquiátricos, empieza a errar por barrios pobres: El Porvenir, El Agustino, Breña, centros nocturnos de mala muerte, burdeles, covachas de pirañas, pero siempre escuchando voces. Nakamatsu pierde la razón y es hospitalizado. Allí recibe la asistencia, además de médica, de una médium, la yuta Miyagui, quien le establece un puente con el pasado de su padre, la vida humillada y perseguida de los migrantes japoneses durante el gobierno de Prado.
_____La novela, además de perfilar un personaje intenso, desquiciado y al mismo tiempo luminoso, expone, en una suerte de dos radiografías, lo que es una historia personal y lo que es la historia social. Asimismo, lo que ocurre en el presente y lo que ha ocurrido en el pasado.
_____Por un lado, la suerte de desempleado que corre Nakamatsu, la visión de barrios contrahechos, la sobrevivencia de los habitantes de la noche –pirañas, homosexuales, prostitutas, alcohólicos–, es decir, el drama de la marginalidad.
Por otro lado, lo que le llega del pasado a través de yuta Miyagui, la memoria, también herida, de los inmigrantes japoneses: la persecución, las listas negras, chantajes, robos, las expoliaciones, la hostilidad en un país extraño. Higa, en excelente fabulación, ha logrado ensamblar esas dos visiones como las caras de una misma moneda.

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